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lunes, 11 de agosto de 2014

Los costos de la Paz para el Negocio de la Guerra

Que ironía pensar que antiguamente el mundo peleaba por libertad, donde la guerra la libraba el poderoso contra el débil, el ambicioso contra el humilde, el creyente contra el ateo. Estoy dando quizás algunas de tantas razones por la cual la humanidad se sometía al régimen de la guerra, razones validas o no, las batallas se libraron y siempre fueron nefastas. Creo que hasta los tiempos de Napoleón o Hitler, la guerra nació por las mismas razones, por ambiciones de poder, por el deseo de conquistar el mundo, por manejar la perfección, por someter a una nación, etc. Al final, la guerra termina y deja huellas, pero también deja lecciones, posteriormente con los años llega la calma y llega la paz, así como la tormenta deja paso a los cálidos rayos del sol.

Con el transcurrir del tiempo, ahora nos jactamos de vivir en un mundo globalizado, sin limites para la comunicación, los avances científicos y tecnológicos, donde no existen fronteras para el comercio. Es un momento distinto, actualmente el símbolo del poder es el dinero y la economía es la ley. No existen dudas de que el capitalismo reina y gobierna a su antojo, haciendo sumisos a los otros sistemas como el comunismo o socialismo, esa supuesta izquierda que ha tenido que adaptarse al dogma capitalista para no pasar de moda. Al fin y al cabo, hoy nada funciona por amor al arte.

Tal ha sido el poder capitalista, que incluso "la guerra" ha sido transformada en su concepto. Si el mundo cambio y ahora somos más civilizados que antes, ¿Por qué hoy en día existen batallas, terrorismo y muertes?. Curiosamente, desde las anteriores guerras mundiales, nace la constante fabricación de armas, muchas de ella creadas por los propios ciudadanos en señal de apoyo y protección de aquellos que luchaban para su patria. Con los años, la producción armamentista también sufre una transformación, ahora hay mano de obra calificada para la creación y rentabilidad para el dueño del negocio. Ahora "la guerra" entró al mercado bursátil, posee acciones, posee inversión y muchos demandantes, haciendo de ella "el gran negocio" del último tiempo. A este negocio armamentista le conviene un mundo violento, lleno en lo posible de caos, de temor e incertidumbre. Tan rentable y ácido se ha convertido el negocio de la guerra, que aquí no importa el vencedor o el vencido, no importa el héroe o villano. Acá si compras por la vía gubernamental o el mercado negro da exactamente lo mismo, porque para ambos bandos eres un cliente, eres un número y si eres rentable, mucho mejor.

Actualmente, no existe mejor momento económico para el negocio armamentista, salvo que exista un enemigo que lo acecha: "la paz". Suena simple y muy lógico, pero hoy lograr paz no es tan solo un antónimo de la guerra, sino también, un enemigo del capitalismo. Imaginemos un mundo lleno de paz, con total calidez y en donde las personas puedan vivir en completa reflexión y armonía. Seria un mundo con mayores oportunidades, mas justo, con mayor equidad, menor pobreza e ignorancia, un mundo mas culto y respetuoso. La Paz hoy en día, generaría una banca rota inmensa para los dominadores bélicos, una baja sustancial en sus acciones, perdidas económicas nefastas, millones de inversión que se convertirían en basura. En un mundo sin violencia y sin deseos de guerra, hacia donde podrías dirigir un misil o para quien podrías construir un tanque, para que volar un avión caza, si ya nadie necesitaría pelear. Para el negocio de la guerra, que el mundo obteniese paz definitiva sería un costo tan alto que lo llevaría a la quiebra, es por ello, que ante en menor conflicto, aprovecha la ocasión para hacer su entrada macabra. Ejemplos como Rusia-Ucrania, Israel-Palestina o EE.UU-Irak, son instancias donde la carrera armamentista muestra lo mejor de su artillería para ofertar a sus demandantes, estos sean los héroes o villanos, no importa la causa o justificación de la guerra, para ellos lo importante es hacer de la guerra un acto de necesidad básica para seguir rentabilizando y someter a un mundo ignorante, ciego y necio, el cual no entiende que no esta evolucionando, solo esta viviendo y muriendo entre materialismo y dinero, nada mas.


domingo, 4 de mayo de 2014

Y la reforma a los Políticos?

El tema central en estos días es la famosa reforma tributaria, la cual pretende financiar a nuestro modelo educativo, con el fin de que todos tengan acceso a una educación de calidad gratuita, esto sin importar las variantes como clase social, sexo, edad, entre otras. Lo irónico de esta situación, es ver opinar a nuestra clase política sobre esta reforma, al igual que en muchos temas de agenda, siempre hay partidarios y detractores, por lo tanto, la reforma tributaria tampoco escapa a esa realidad. Esto nos demuestra, que nuestras autoridades presentan síntomas de incapacidad de negociación y dialogo, falta de ideas, sin altura de miras ni criticas constructivas, al contrario, los políticos discuten este tema como si se tratara de una elección de un centro de alumnos. Ver discutirlos, es similar a verlos jugar un partido de tenis, donde raquetazos van y vienen, pero nadie quiere finiquitar el match point, entonces, el partido se hace latero y eterno, al igual que su discusión.

Es entonces, cuando analizo si es necesaria esta reforma tributaria y pienso que si, pero antes de reformar en estos temas económicos post beneficio a nuestras futuras generaciones, se debe reformar en otro aspecto clave para nuestra sociedad: Se debe reformar a los políticos y/o política.

Actualmente en nuestros poderes estatales tenemos a distintas clases de políticos, de los cuales nuestra ciudadanía no se siente en un 100% representada por ellos. ¿Estas personas funcionaran como personas corrientes o ciudadanos comunes o son tipos clasistas, de elite social?. Si bien es cierto, ya se ha mencionado el tema de la reforma binominal y el voto de chilenos en el extranjero, es evidente que nuestra política en Chile necesita una re-ingeniería, la cual debe cambiar a políticos corruptos, a los que están por pituto, dejando solo a los frescos de ideas y dialogo.

Ahí estuvo el gran error de "la nueva mayoría", porque solo llegando a ese punto, recién se puede generar un clima de discusión y acuerdo para lograr una reforma tributaria, pero si en su propia coalición tienen personas añejas de ideas, jamas se podrán llegar a los objetivos requeridos. El actual gobierno olvido un concepto super importante, que todo cambio no empieza por los pies sino por nuestra cabeza, ya que de ahí nace todo pensamiento e ideología y mientras existan políticos que jamas se pongan de acuerdo, solo tendremos una cabeza enferma y unos pies que no querrán avanzar hacia el progreso de Chile.

lunes, 3 de marzo de 2014

El Olvido de la Coexistencia

Según los registros históricos en relación a la vida del ser humano, nuestra especie ha presentado diversos cambios físicos y psicológicos, desde la etapa prehistórica hasta la era contemporánea. Estos cambios apuntan directamente desde su capacidad física, sus pensamientos y costumbres, hasta los innumerables descubrimientos que han marcado una profunda revolución en el diario vivir de nuestra humanidad. Supuesta y técnicamente, el hombre y la mujer han avanzado en la construcción de una nueva cultura, donde priman factores como la ciencia, el arte, la tecnología, la economía, el trabajo, los dogmas, entre otros. Sin embargo, creo que en este avance, nuestra especie ha dejado en el olvido algo muy importante para una sana convivencia: “La Coexistencia”.

Coexistir no es otra cosa que “el grado de consenso de los miembros de un grupo social o la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común”. La especie se ha preocupado, fundamentalmente, de desarrollar y perfeccionar una vida materialista pero no de desarrollar su materia propia, es decir, su mente. Esto produce como consecuencia que el humano actué primordialmente como ser individual, introspectivo y egoísta, todo en su afán por obtener reconocimiento, dejando en segundo plano la convivencia grupal.

Si analizamos la línea del tiempo en la vida del ser humano, nos encontramos paralelamente entre el desafío de los descubrimientos y la supervivencia. Cazadores prehistóricos, reyes y esclavos, dogma y ciencia, aristocracia y burguesía, empresario y trabajador; todos en una mezcla la cual si ha contribuido al avance en la forma de vida de la especie, pero a su vez, al retroceso de la coexistencia humana. Los ejemplos de retroceder en ese sentido ustedes ya los conocen en algunos aspectos: guerras, hambre, enfermedades, pobreza, desolación, desigualdad. Estos ejemplos rectifican mis palabras sobre el hecho de que el ser humano no jugó todas sus fichas en pos de la coexistencia y la ejecución de una buena estructura social, al contrario, solo trabajó en pos de la supervivencia a cualquier precio, cuyos logros desencadenaron desarrollos gigantes para la vida, sin embargo, el ser humano ha estado tan preocupado de sí mismo, que su alter ego desarrolló a un enemigo del coexistir: “La Violencia”.

El actuar violento de la especie pudo ser justificado en la era paleolítica, donde la prioridad fue la caza y donde sobrevivir ante la adversidad del clima y el hambre era la única opción. Con el tiempo, el ser humano desarrolló su pensamiento y también su “yo interno”. Resultado de ello frases como “Yo soy rey, yo soy ley” generaron climas de conflicto entre imperios y esclavos, despertando a  la violencia. Los cambios siguieron con el tiempo, surgieron nuevas ideologías, inventos y estilos de vida, pero a mayor avance hubo también mayor violentismo, debido a que el acceder a los logros alcanzados era solo el derecho de pocos. La era contemporánea tampoco ha estado ajena a esta situación.

Actualmente, la vida ha mejorado y existe una cierta plenitud de vida, pero solo pocos lugares logran tener ese privilegio. A millones de años de evolución de la especie, considero que no es posible que se sigan viviendo hechos de violencia y en muchísimas partes del orbe. Tragedias y muertes en Venezuela, Nigeria y Ucrania, debido a protestas, por ejemplo, nos demuestran que la especie es incapaz de mantener cordura y mantener el dialogo, recurriendo a hechos violentos.

Manifestadas todas las partes, sin común acuerdo y con mayor repudio que sensatez, la violencia sostenida en ser humano me hace pensar, si efectivamente estamos en un proceso de evolución o de involución mental, lo cual perjudicará el estilo de vida individual y en sociedad. De este modo, es imposible no hacerse las interrogantes: ¿Será posible que el humano sea en esencia, violento? ¿Será posible que su codicia prime por sobre su sensatez? ¿Será posible que no estemos evolucionando sino retrocediendo e inconscientemente, estemos construyendo nuestra propia extinción? ¿Será posible que estemos condenados a vivir entre el camino del bien y del mal?

Por ahora, solo el tiempo lo sabrá…