El acontecer noticioso de los últimos días da para pensar si efectivamente el trabajo periodístico esta siendo eficiente y dinámico. Polémicas como la influencia de "Pancho Malo" sobre los dirigentes del fútbol chileno, o estafadores de poca monta, que no saben hablar y que se hacen pasar por discapacitados mentales y físicos, son algunas de las noticias en nuestra parrilla programática actual. Quizas sean informaciones relevantes, pero analizando profundamente estos casos, la importancia es de un bajo nivel, tomando en cuenta que estos "cuentos del tío" ya son conocidos por la gran mayoría de las personas.
Mientras tanto, la otra formula noticiosa es la también conocida "Farándula", con ingredientes sabrosos de rumores, chismes, dimes y diretes entre uno y otro personaje supuestamente "famoso". De todos modos, es una dosis noticiosa interesante para cierto sector amante de este tipo de comentarios.
Lo preocupante de todo esto, es que ya no se forman otros contenidos periodísticos que si tengan una vital importancia para el conocimiento de las personas. ¿Por qué no cubrir a estafadores de terno y corbata, los cuales tienen mayor grado de sinvergüenzas que los falsos mudos?. Existiendo noticias como el Caso Johnsons, el lucro de las universidades, la venta del litio, la mala calidad del aire, la falta de hospitales para atención publica, entre tantas otras noticias reales que si importan pero que lamentablemente no están cubiertas por la edición periodística. Esto si es grave, por eso su importancia de averiguar que pasa con las autoridades responsables de estos hechos.
Creo que las noticias en Chile deben generar un mayor impacto en su contenido social, deben agitar las aguas y denunciar en forma eficaz a hechos de una mayor envergadura, con análisis crítico y enfoque para todos los casos y niveles. Esta es la única forma de que los "Peces Gordos" empiecen a caer y junto con ello, empecemos todos a creer que el periodismo es realmente "el cuarto poder".
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