La Necesidad de las Protestas

Cuando en nuestra historia política hemos tenido a diversos estadistas, es para que ellos promulguen leyes a favor del bienestar de nuestro país. Cuando se eligen a diversos diputados y senadores, es para que luchen por las necesidades de este país y también para representar y solucionar los problemas de aquellos que votaron por ellos. El mismo cuento se repite para alcaldes y concejales. Los tribunales de justicia tampoco quedan ajenos a esto, pues ellos están encargados de ejecutar la ley ante todo delito e injusticia. Sacando conclusiones de este párrafo, podemos decir que todo funcionaría bien si es que se cumple este simple ciclo, en donde cada uno de los principales responsables del poder político y judicial hicieran un trabajo correcto y efectivo.

Sin embargo, ocurre que el funcionamiento ejecutivo, legislativo o judicial, suele fallar. Lo peor de esta falla, es que perjudica a la gran mayoría de las personas. Sin la promulgación de leyes sólidas para el bien de nuestra nación por parte de nuestros presidentes, sin la aprobación y constantes discusiones de nuestros parlamentarios y sin la fiscalización óptima y constante de los tribunales de justicia, la vida del chileno común y corriente, se vuelve adversa, demasiado adversa. 

Ante esto, la sociedad chilena ha de padecer el terrible síndrome de las desigualdes, de la agonía del diario vivir, de la dependencia económica miserable (dígase por el sueldo mínimo), de las malas condiciones laborales, de una educación dedicada a lucrar y no a enseñar, entre tantas injusticias que son de fácil solución pero que dependen del visto bueno de nuestra autoridades.

Es por ello, que cuando nuestros políticos y todos los actores responsables en mejorar la calidad de vida de un país no hacen bien su trabajo, es que aparece la necesidad de la protesta pública. Cuando tu protestas no lo haces por moda ni por delito (dejen fuera a los vándalos de esto porque no influyen en la esencia de una protesta), lo haces porque tu sientes que las cosas están mal, porque las personas que tu eliges y deberían hacer algo por tu vida, no lo hacen y porque tu calidad de vida esta siendo perjudicada por la culpa de otros que viven espectacular y no les importa tu realidad.

Debemos ser unos agradecidos de los estudiantes, por ejemplo, porque ellos han quitado la venda de los ojos a muchos, mostrando la realidad de una pésima educación dedicada solamente a los números y no a forjar futuros profesionales. 

Por eso la necesidad e importancia de las protestas, porque al fin y al cabo, se demuestra que finalmente el verdadero poder no lo tienen las autoridades sino las propias personas. Recuerden que el poder del voto lo damos nosotros, por lo tanto, tenemos la capacidad suficiente como para juzgar y exigir nuestros derechos y beneficios hacia una mejor calidad de vida y protestando justamente podemos llegar a eso.